Ambas obras son de composición claramente piramidal.
"Le Radeau de la Méduse" -Théodore Géricault
En la cúspide de la pirámide y extremo de la diagonal principal, está el punto de ánimo más intenso, en el que se ve a un hombre agitando con vigor un trapo con el objetivo de hacer señales hacia un supuesto barco que creen haber avistado en el horizonte. En el lado contrario de la diagonal, se encuentra el estado de ánimo opuesto, pudiendo apreciarse una figura envejecida con gesto desanimado y con total ausencia de esperanza, rodeado de los cadáveres de sus compañeros.
La pintura tiene un tamaño colosal, con casi 5 metros de alto y 7 metros de ancho, y Géricault habría de alquilar un estudio entero para poder realizarla.
El naufragio de la Medusa (como hecho real) supuso un auténtico choque para la opinión pública francesa, de manera que la obra ha de ser situada dentro del escenario político, pues el escándalo que supuso el abandono a su suerte de gran parte de la tripulación por el egoísmo de la oficialidad aristocrática llegaría hasta el extremo de convertirse en un símbolo de denuncia de la corrupción borbónica. La obsesión por el realismo llevaría a Géricault a amontonar cadáveres en su estudio para poder plasmar la muerte de la manera más fidedigna posible.
Delacroix posaría para esta obra, pues era amigo del autor.
"La Liberté guidant le peuple" - Eugène Delacroix
Hay una estructura en forma de pirámide con los muertos por la libertad en la base y la libertad en la cima sosteniendo en la mano derecha la bandera tricolor y en la mano izquierda un rifle...
Esta obra recoge los hechos revolucionarios ocurridos en las barricadas de París en 1830. Aquí aparecen representados un grupo de obreros, artesanos y burgueses, heroizando un hecho contemporáneo en el que aparecen representadas las diferentes clases sociales. Esta obra hereda de Géricault los cadáveres, no heroicos, vulgares, que aparecen en primer término. El fondo tiene un carácter abocetado, uniéndose el humo de la pólvora a la atmósfera. .
El espectador sólo tiene dos posibilidades, el unirse a la masa, o el ser arrasado por ella . El pueblo es la unión de clases: se representa al burgués con su sombrero de copa y empuñando el fusil, al lado un andrajoso y un herido que pide clemencia a Francia. Al fondo aparecen brumas y humos de la batalla que diluyen un barrio francés bastante realista. A los pies de la Libertad un moribundo la mira fijamente indicandonos que ha valido la pena morir por ella.
1 comentario:
Tienen algo que las une, hermosa
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